domingo, 25 de octubre de 2015

El esplendor en la hierba (William Wordsworth - Intimations of immortality)

 Esta noche, un fragmento de poema. Subirlo ha representadoun pequeño reto. Me explico:
 El original es inglés, y es más largo. En 1961, inspiró una película llamada "Esplendor en la hierba". En la película se recita el poema (oh, qué sorpresa), y se recitan fragmentos. La verdad es que no la he visto, por lo que es posible que en algún momento se recite entero, pero tengo entendido que no es así.
 El problema real surge al traducir la película al castellano. El último verso del fragmento en castellano es una traducción muy libre, y con esto quiero decir que quienquiera que lo tradujera se inventó una frase para sustituir a lo que se dice en el original. No es por criticar, pero ya se verá que no dicen lo mismo. Aun así, esta última frase, esta mentirijilla, me parece bonita, así que también quería traerla. Pero claro, no me parecía bien copiarlo y pegarlo del primer sitio que encontrara, porque la traducción de la película está en todas partes y he comprobado que Internet está plagado de traducciones libres. Traducciones que, dicho sea de paso, son en muchos casos literales, y provocan que el poema pierda sentido. Decía Cervantes que lo mejor es leer las obras en el idioma original, y creo que no le falta razón, pues al traducir se corre el riesgo de ensuciar la creación del autor.

 ¿Y qué he hecho yo? Bueno, me encontraba en una tesitura algo complicada, con fragmentos no del todo incorrectos, más la traducción no del todo incorrecta de la película, más el original, más fragmentos muy incorrectos. "¿Y qué muestro yo a los lectores imaginarios del blog?", me pregunté. Traigo el original, no entero, sino el fragmento de la película (que sí está bien en inglés), y traigo también una traducción. ¿Qué traducción? La mía. Sí, sí, lo sé, puede resultar contraproducente, pero es que muchas traducciones de Internet no me convencían, no totalmente, así que cogí lo que me pareció bien, y cambié los dos primeros versos, cuya traducción habitual no me parece la mejor. Y sí, al final de "mi" traducción está el verso-traducción-inventado, porque me gusta lo suficiente. Y eso es todo.
 En fin, pido disculpas por tantas palabras en un blog de citas, pero espero que se entienda que era necesario. Aquí están, fragmento original y fragmento traducido:


What though the radiance
which was once so bright
be now for ever taken from my sight,
though nothing can bring back the hour
of splendour in the grass, of glory in the flower,
we will grieve not, rather find
strength in what remains behind
(...)




Pues aunque el destello
tan puro en otro tiempo
esté ahora velado a mis ojos,
aunque nada pueda devolvernos la hora
del esplendor en la hierba, de la gloria en la flor,
no debemos afligirnos, pues la belleza
siempre subsiste en el recuerdo
(...)



viernes, 23 de octubre de 2015

Breve aclaración nocturna

 Llevado por el creciente número de críticas veladas en forma de comentarios que estoy recibiendo, me dispongo a realizar una pequeña aclaración:
 Primero, sí, tengo un hermano menor.
 Segundo, también, la dirección de este blog es "elbochornosoeindignohermanomenor".
 Tercero, no. La dirección de este blog no tiene nada que ver con lo que yo pueda sentir hacia mi hermano de sangre. No es una referencia, ni una pulla, ni una pequeña ironía. Si la dirección del blog es muy "típica de mí", que lo sea por el lenguaje, y no por un supuesto desprecio que yo pueda estar mostrando hacia nadie.
 Además, un poco de seriedad. Yo lo haría con más elegancia.

 Es todo por hoy. Preparando entrada nueva para mañana. Buenas noches.

lunes, 19 de octubre de 2015

Se querían (Vicente Aleixandre - La destrucción o el amor)

Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

Observación #5

 Lo maravilloso de la guerra es que cada jefe de asesinos hace bendecir sus banderas e invoca solemnemente a Dios antes de lanzarse a exterminar a su prójimo.

Voltaire

domingo, 18 de octubre de 2015

sábado, 10 de octubre de 2015

Poema XX (Pablo Neruda - Veinte poemas de amor y una canción desesperada)

Puede que un gran tópico, pero al mismo tiempo imprescindible en este rincón de palabras.





Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

(Antonio Machado - Proverbios y cantares, I)

Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.

A Margarita Debayle (Rubén Darío - El viaje a Nicaragua e Intermezzo Tropical)

Margarita está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:

Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita como tú.

Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.

La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.

Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.

Pues se fue la niña bella,
bajo el cielo y sobre el mar,
a cortar la blanca estrella
que la hacía suspirar.

Y siguió camino arriba,
por la luna y más allá;
más lo malo es que ella iba
sin permiso de papá.

Cuando estuvo ya de vuelta
de los parques del Señor,
se miraba toda envuelta
en un dulce resplandor.

Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé;
y ¿qué tienes en el pecho
que encendido se te ve?»

La princesa no mentía.
Y así, dijo la verdad:
«Fui a cortar la estrella mía
a la azul inmensidad.»

Y el rey clama: «¿No te he dicho
que el azul no hay que cortar?
¡Qué locura!, ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar.»

Y ella dice: «No hubo intento;
yo me fui no sé por qué.
Por las olas y en el viento
fui a la estrella y la corté.»

Y el papá dice enojado:
«Un castigo has de tener:
vuelve al cielo y lo robado
vas ahora a devolver.»

La princesa se entristece
por su dulce flor de luz,
cuando entonces aparece
sonriendo el buen Jesús.

Y así dice: «En mis campiñas
esa rosa le ofrecí;
son mis flores de las niñas
que al soñar piensan en mí».

Viste el rey pompas brillantes,
y luego hace desfilar
cuatrocientos elefantes
a la orilla de la mar.

La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.



Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento.

(Bhagavad Gita: Chapter 11, Verse 32)

(Slightly versioned from the original, in Hindu, similar to J. R. Oppenheimer's quotation)

If the radiance of a thousand suns
were to burst into the sky
that would be like the splendour
of the Mighty One,
and I am become Death
the Shatterer of worlds

Vishnu, as Krishna

domingo, 4 de octubre de 2015

A piece of advice #3

"If I had eight hours to chop down a tree, I would spend six sharpening my axe".

Abraham Lincoln