jueves, 12 de mayo de 2016

Beautiful sentence #5

   Hay en mi club de esgrima un señor mayor que solía ser el entrenador. Todo el mundo se refiere a él con el vocativo "Maestro" si sabe lo que le conviene, salvo el actual entrenador, que es su hijo y se dirige a él mediante un vocablo indefinido que podría entenderse como "papá".
   El hombre no es precisamente la persona más agradable del mundo, pero tiene un sentido del humor ácido y seco que me (nos) divierte sobremanera. Al menos, a los que nos defendemos de sus pullas de forma tangencial, evitando que la respuesta sea un ataque directo a su persona y, por lo tanto, una falta de respeto, consiguiendo desviar la gracia hacia algo inofensivo. Tiene su arte, tratar con él.


   La cuestión, tras esta introducción a su personalidad, es que hoy ha dicho algo que no sé muy bien cómo entender, pero me ha gustado. Había dos chicos tirando y, por lo que se ve, no lo estaban haciendo con mucha delicadeza. En un momento dado, el Maestro, que arbitraba, ha parado el asalto y ha mirado a uno de ellos con esa especie de frialdad rabiosa que le caracteriza y le ha dicho, tras unos segundos de silencio: "El florete es como un pajarillo. Si lo aprietas, se ahoga".

   Sí, eso es lo que traigo hoy. Evidentemente, quería decir que el chico tenía un agarre demasiado tenso, demasiado mecánico y forzado. Pero todavía no acabo de decidir si me parece una frase tierna o cruel, si me parece una metáfora sin más o es profunda en verdad.
   En cualquier caso, me ha parecido bonita.

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